La población metropolitana se muestra preocupada por el cambio climático y está dispuesta a cambiar sus hábitos energéticos

Son datos de la Encuesta sobre hábitos energéticos en los hogares del área metropolitana de Barcelona 2022, encargada por el AMB en el Institut Metròpoli

08/04/2025

La preocupación por el cambio climático en el área metropolitana de Barcelona es elevada: el 85,7% de las personas encuestadas están muy o bastante preocupadas por el cambio climático y el 78,8% creen que el cambio climático puede afectar mucho o bastante a su vida. Esta preocupación se refleja en una gran predisposición a cambiar hábitos para mitigar el cambio climático y fomentar una transición energética más sostenible. Así se desprende de la Encuesta sobre hábitos energéticos en los hogares del área metropolitana de Barcelona 2022, encargada por el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) en el Instituto Metrópoli.

Cambio de hábitos

Un 21,2% de las personas entrevistadas aseguran que ya no cogen aviones o que han reducido sus viajes en avión, mientras que un 16,5% no tiene vehículo privado o lo utiliza menos. Por otro lado, entre un 6 y un 7 por ciento ya han cambiado a una compañía eléctrica 100 por ciento renovable o han comprado un vehículo híbrido enchufable o eléctrico, mientras que tan solo un 4,4% tiene placas solares fotovoltaicas instaladas en la vivienda.

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Las personas consultadas que todavía no han adoptado las acciones planteadas muestran un mayor grado de predisposición para llevar a cabo las acciones relacionadas con la reducción de la movilidad motorizada, así como las dirigidas al aumento del consumo y la producción de energías renovables. Concretamente, más de la mitad están muy o bastante dispuestos a reducir el uso del vehículo privado (70,7%), a instalar placas solares fotovoltaicas en su vivienda (68,2%), a cambiar a una compañía eléctrica 100% renovable (66,1%) o a reducir los viajes en avión (63,6%).

Desigualdades en la transición energética

La encuesta pone de manifiesto diferencias notables a la hora de adoptar esta serie de acciones en función de la renta, del tipo de vivienda o del régimen de tenencia. Así, un 28,4% de las personas que viven en casas unifamiliares aisladas y un 11,2% de las que viven en casas adosadas declaran que ya tienen placas solares fotovoltaicas, mientras que tan sólo un 3,1% de las personas que viven en pisos se han instalado. La adopción también sigue un cierto patrón de renta, tanto en lo que se refiere a la instalación de placas como en cuanto al cambio de compañía eléctrica hacia una de 100% renovable. Así, mientras que un 5,3% de las personas con menos ingresos declaran haberse cambiado a una compañía 100% renovable, esta cifra se duplica en los hogares con mayores ingresos y llega al 12,5%.

De hecho, los principales impedimentos para cambiar a una compañía eléctrica 100% renovable y para instalar placas solares fotovoltaicas son el coste y la falta de información. En este último caso, también la dificultad para establecer acuerdos con el vecindario. Entre los alicientes más valorados se encuentran el ahorro en la factura eléctrica (56,4 %) y la reducción en la contribución al cambio climático (52,2 %).

alicients_plaques_EHEMLa encuesta muestra la predisposición de la ciudadanía hacia posibles proyectos colectivos de autoconsumo compartido o de comunidades energéticas.

Uso de la energía en los hogares metropolitanos

El gas natural es la principal fuente de energía para calentar la vivienda (52,3%), seguida de la electricidad (42,7%). Por otro lado, el 64,3% de las personas encuestadas viven en viviendas que tienen instalado algún tipo de sistema de aire acondicionado.

En cuanto a las situaciones de vulnerabilidad energética, en julio pasado se publicaron los resultados de otra encuesta, Percepciones y estrategias de adaptación al calor extremo de los hogares vulnerables metropolitanos, encargada también por el AMB en el Institut Metròpoli. Este trabajo pone de manifiesto que las situaciones de pobreza energética durante el verano han incrementado en la población que vive en zonas susceptibles de sufrir mucho calor, que incluyen a unas 520.000 personas en el conjunto del área metropolitana de Barcelona. Mientras que en el ámbito metropolitano los hogares que no pueden permitirse mantener la vivienda a una temperatura adecuada durante el verano son el 24,2%, en las zonas con una vulnerabilidad elevada ascienden al 30,7%. Por el contrario, en cuanto al confort en invierno, no se observan diferencias. En estas zonas más vulnerables, por tanto, las oleadas de calor preocupan mucho a la población y la pobreza energética en verano se ha convertido en un reto prioritario.

Para afrontar esta problemática, el AMB tiene en marcha estrategias como la red metropolitana de refugios climáticos (XMRC), que esta última temporada ha doblado su capacidad, con un centenar de nuevos espacios, que suman un total de 186 refugios climáticos (53 parques, 115 equipamientos y 18 piscinas). Los refugios de la XMRC dan cobertura a 556.181 personas vulnerables que se encuentran a 10 minutos a pie de estos espacios, una cifra que representa el 84% de la población de los municipios que integran la red, y un 76% del total de la población (sin considerar la red de Barcelona, ​​que cubre el 97% de su población).

También están disponibles servicios como La Teulada, que ofrece ayuda a la ciudadanía y las pymes a la hora de calcular los costes derivados de una instalación fotovoltaica (teniendo en cuenta las subvenciones existentes, bonificaciones del IBI, opciones de financiación y modelos alternativos, como el renting o la contratación a través de una comercializadora). La voluntad es que esto suponga un sistema de ventanilla única.

Hábitos de ahorro de energía

En siete de los ocho ítems preguntados, más del 40% de las personas encuestadas respondían que siempre aplicaban hábitos ambientales y de ahorro. Los hábitos de ahorro más consolidados son poner en marcha la lavadora llena (un 80 % declara hacerlo siempre), en invierno ajustar el termostato entre 18 y 21 °C (62,7 %), cerrar el grifo mientras se enjabonan (65,2 %) y en verano cerrar las persianas o poner el toldo antes de encender el aire acondicionado (65 %).

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La factura de la electricidad en los hogares metropolitanos

El coste medio de la última factura de electricidad de 2022, un año caracterizado por un fuerte aumento de precios, calculado de forma mensual, fue de 68,6 € por hogar y 32,4 € por persona. Siguiendo los efectos de las economías de escala, el coste de la electricidad por persona de quienes viven en hogares unifamiliares es mucho más elevado (53,2 €) que el de los hogares numerosos (20,3 €). El tipo de hogar y la renta son las variables que mayor efecto tienen en el gasto eléctrico. Un 75,8% de las personas encuestadas saben cuál es el gasto eléctrico en su hogar, un porcentaje superior respecto a la factura del agua, que en la Encuesta del Agua (EAU 2020) se determinó que estaba alrededor del 50%.

Encuesta sobre hábitos energéticos en los hogares del área metropolitana de Barcelona

La primera encuesta sobre hábitos energéticos se llevó a cabo entre el 24 de mayo y el 21 de junio de 2022, en 1.200 hogares, de forma estratificada en función del tipo de vivienda (unifamiliar o no) y según tres grandes ámbitos territoriales (Barcelona, ​​el resto de la primera corona y el resto del AMB).

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