La mitad de las personas sin hogar atendidas en la ciudad de Barcelona llevan menos de cinco años residiendo en ella
Las investigaciones realizadas por el IERMB muestran que existe un desplazamiento hacia el centro de la metrópoli (municipio de Barcelona) de las personas a medida que profundizan en su proceso de exclusión
02/12/2022
El sinhogarismo y la exclusión residencial han aumentado en las últimas décadas en Europa. En el caso del área metropolitana de Barcelona, existen síntomas evidentes de que la tendencia es la misma. Desde el Instituto de Estudios Regionales y Metropolitanos de Barcelona (IERMB), hemos analizado el fenómeno recientemente, a partir de la investigación “La exclusión residencial en el área metropolitana de Barcelona” y de “La encuesta a las personas sin hogar atendidas en los dispositivos del Programa Municipal de Atención a las Personas Sin Hogar de Barcelona“. La encuesta permite, por primera vez, una aproximación a las trayectorias de exclusión de la vivienda y la movilidad de las personas sin hogar atendidas en los equipamientos de Barcelona.
Exclusión residencial en la metrópoli de Barcelona
El estudio de exclusión residencial en el área metropolitana de Barcelona cuantifica estas situaciones, de forma parcial, dada la importante falta de datos que existe.
Los investigadores consideran imprescindible disponer de más información para hacer frente al fenómeno. Los datos disponibles permiten estimar que, en 2021, hay un mínimo de 1.493 personas sin techo en el área metropolitana de Barcelona, de las cuales 1.120 pernoctan en la calle.
El estudio analiza también el riesgo de desahucio como situación de vivienda insegura. En 2021, se practicaron en el área metropolitana de Barcelona más de 3.300 desahucios. Sergio Porcel, jefe del área de cohesión social y urbana del IERMB y uno de los autores de la investigación, explica que “el 77% son debido a impagos de alquiler y el resto de impagos hipotecarios y que el sobreesfuerzo en el pago de la vivienda sitúa la metrópoli de Barcelona, junto con Cataluña y España, en uno de los niveles más altos”. Cabe destacar que en torno al 40% de los hogares metropolitanos que viven en alquiler destinan más de un 40% de sus ingresos a hacer frente a los gastos de la vivienda.
Durante 2021, la incidencia del marco normativo desplegado y los esfuerzos en la mediación han tenido como resultado que, pese al impacto social de la crisis pandémica, el número de lanzamientos practicados no haya superado los niveles previos a la pandemia.
Sinhogarismo en la ciudad de Barcelona
La información disponible en Barcelona es muy grande, gracias al trabajo conjunto de las entidades sociales y del Ayuntamiento en el marco de la Red de Atención a las Personas Sin Hogar (XAPSLL). Según los datos disponibles generados por esta Red, entre 2008 y 2021 el número de plazas en equipamientos y recursos residenciales específicos para personas sin hogar ha crecido un 136%, alcanzando las 2.808.
Para Albert Sales, investigador del IERMB y experto en sinhogarismo, “lo que es preocupante es que este aumento en las plazas no haya detenido el incremento de personas que viven en la calle y que han pasado de ser 658 (2008) a 895 (2021)” y afirma que “lo que falta es prevención y políticas estructurales para combatir la exclusión”.
“La encuesta a las personas sin hogar atendidas en los dispositivos del Programa Municipal de Atención a las Personas Sin Hogar de Barcelona”, llevada a cabo entre abril de 2021 y enero de 2022, genera datos descriptivos sobre el origen de las personas atendidas y sobre sus trayectorias de exclusión residencial. Ha contado con la participación válida de un total de 315 personas.
La mitad de la población atendida en la ciudad de Barcelona es de reciente llegada
En la ciudad de Barcelona, varios estudios muestran que el crecimiento en el número de personas que duermen en la calle en la ciudad ha sido protagonizado por personas extranjeras.
La encuesta constata que prácticamente la mitad de las personas consultadas llevan menos de cinco años residiendo en Barcelona. En referencia al tiempo de estancia en la ciudad y en el país, se observan algunas diferencias por género. La proporción de mujeres aquí desde hace más de 4 años sin ser originarias de la ciudad o del país es significativamente superior a la de los hombres.
Preguntadas sobre dónde vivían antes de llegar a Barcelona, sólo un 13,5% afirmaron haber vivido siempre o desde la infancia, un 29,5% expresan proceder de otro municipio catalán, un 25% de otro municipio español de fuera de Cataluña y un 30% dijeron que residían fuera del Estado justo antes de instalarse.
Un 51% de las mujeres encuestadas nunca ha dormido en la calle
Otro dato que se desprende de este análisis es que el 26% de las encuestadas, pese a estar atendidas en servicios sociales específicos para personas sin hogar, nunca han dormido en la calle. En el caso de las mujeres, esa proporción supera la mitad, un 51%. Sólo un 22% informan de trayectorias callejeras de más de un año.
Así pues, cuando se preguntó a los y las encuestadas dónde estaban la noche antes de entrar en un recurso de alojamiento, sólo un 24% respondieron que dormían en la calle. Este resultado confirma la gran permeabilidad entre las distintas situaciones de exclusión residencial. Un 33% contestaron que se encontraban en otro tipo de recurso de servicios sociales (entre los que se cuentan pensiones pagadas por los servicios municipales mientras se espera plaza en un centro). Un 17% estaban en una pensión, un hostal o una habitación de realquiler (por sus propios medios). El resto contestaba otras situaciones con muy diversas frecuencias, pero siempre por debajo del 6%.
El 57,7% manifiesta que la primera vez que tuvo que dormir en la calle fue en la ciudad de Barcelona.
La encuesta permite, por primera vez, una aproximación a las trayectorias de exclusión de la vivienda y la movilidad de las personas sin hogar atendidas en los equipamientos de Barcelona. La conclusión es que existe un desplazamiento hacia el centro de la metrópoli (municipio de Barcelona) de las personas a medida que profundizan en su proceso de exclusión. Las personas migradas tienen más riesgo de quedarse sin hogar, pero cuando se quedan, tienden a buscar estrategias de supervivencia en la ciudad de Barcelona.
Según Albert Sales, “Barcelona es el punto geográfico de llegada de situaciones de exclusión residencial que tienen un recorrido muy largo que no se ubica necesariamente en la ciudad misma”. Así pues, vemos cómo el 85% dice no disponer de un espacio que considere su hogar desde hace más de un año. También sabemos que solo un 27,6% de las personas encuestadas estaban en una vivienda propia (de propiedad o de alquiler) antes de quedarse sin hogar. El 23,5 por ciento vivían en pisos compartidos y el 21,3 por ciento en casas de familiares. Se constata, pues, la poca frecuencia con la que la gente que requiere el apoyo de los servicios residenciales ha tenido acceso a la tenencia de una vivienda.
- Le invitamos a consultar el artículo La exclusión residencial en el área metropolitana de Barcelona
- También puede profundizar sobre La encuesta a las personas sin hogar atendidas en los dispositivos del Programa Municipal de Atención a las Personas Sin Hogar de Barcelona